Un comienzo
Podría empezar de muchas formas este blog. Sin embargo, no quiero hacer que la primera entrada sea una presentación tan estructurada donde les cuente quién soy, qué hago y qué busco. Más bien, quiero que todo vaya fluyendo y que mis motivaciones se vayan revelando a medida que escribo, a medida que nos vayamos conociendo.
Quizás por ahora, basta decir que
me gusta mucho leer. Demasiado. De hecho, este año, tanto por placer como por
trabajo he tenido que leer más de 30 libros y creo que nunca había leído
tantos, por lo que estoy gratamente sorprendida y, tal vez, por ese motivo, es
que quiero compartir mis experiencias de lectura con ustedes. Además, debo
admitir que extrañaba escribir. Hace años que no lo hacía, tal vez estaba
bloqueada, pero ahora siento que mis dedos pueden teclear rápido y exponer mis
ideas con claridad, mientras voy perdiendo el pudor a que alguien lea lo que escribo.
Tal vez también sea una forma de
homenajear a una mujer muy especial y querida por mí: Elizabeth. Elizabeth fue
una mujer excepcional, independiente, grandiosa, llena de sabiduría, luz y paz.
Cuando yo tenía 16 años vio en mi un potencial y me dejó en la entrada de un
camino que tenía que descubrir por mí misma: la literatura. Emocionada lo
seguí, pero lamentablemente hice oídos sordos a algunos de sus consejos. En realidad,
no es que no la haya escuchado, la escuché, pero estaba tan perdida en mi misma
que no supe reconocer el valor de sus palabras en ese tiempo. Me dijo: “escribe,
sigue escribiendo, no te detengas, y por nada en el mundo, seas profesora”. Ella,
además de mi amiga, fue mi profesora de lenguaje. ¿Pero que hice yo? Estudié
literatura, al igual que ella y después encontré que era una buenísima idea ser
profesora. Ella misma era un modelo a seguir para mí. Hoy, después de 4 años
sin ejercer la docencia -porque odié estar revisando casi 24/7 pruebas y lidiar
con padres que creen que una es esclava y no tiene más vida después del
colegio- y ya volviendo a mis procesos creativos, puedo decir con propiedad que
pucha que me equivoqué y cuánta razón tenía Elizabeth. Pero bueno, quizás esta
sea una de mis tantas motivaciones.
También escribo para mí. Para
recordarme los mundos fantásticos que recorrieron mis ojos y mi mente en cada
una de las páginas que devoré o que quise hacer pedazos. Pues para mí, la lectura
es un espectacular escape de la realidad. Y debo confesar que mientras más
fantástico sea el libro y menos conexión tenga con mi realidad mucho mejor.
Llegué a esa conclusión este año. La lectura que yo realizo es para huir de
este mundo que duele y pesa. Al menos en las páginas de un libro, aun puedo
perderme en bosques sin temor a invadir propiedad privada, cabalgar por donde
se me plazca o seguir las rutas de navegación que se me antojen. Cada libro
tiene su propia lógica, pero, aunque leo de todo, siempre prefiero esos que
menor asidero tienen en la realidad. Quizás por eso no me gustan tanto la
mayoría de los autores de narrativa de mi país. Aunque últimamente hay unos
cuya pluma se guía por los confines de lo infinito y lo fantástico; y ansío
poder leerlos.
Y ahora también quiero escribir
para ustedes, contarles lo que leo e inspirarlos a leer porque ¡ay! que hace
falta. Ya que, si no lo saben, al leer desarrollan su capacidad de empatía, que
es la habilidad de ponerse en el lugar del otro. El ponerse en el lugar de
otro, nos hace comprender como puede llegar a sentirse en determinadas
circunstancias y, por lo mismo, evitar un montón de acciones que pueden
causarle daño. Comprender que el otro también es ser humano, que piensa y
siente. Y aunque suene de perogrullo,
hoy en día parece que muchos lo han olvidado.
En fin. Leer y comentar mi
lectura para escapar de mi realidad y traerles un pedacito de esa fantasía que
se esconde entre las páginas.
Muchas de las reseñas que iré
subiendo forman parte de trabajos que hice la Biblioteca Libre, sin embargo,
incorporaré más información y comentarios sobre la lectura que, en su momento,
me guardé para mí. Otras veces será material propio de libros que he leído por
mi cuenta, buscando salir de la rutina, buscando nuevos horizontes y tierras
nuevas que recorrer.
¡Qué lo disfruten!
Hola linda! que fuerte me pareció tu entrada porque estoy con las mismas dudas, quiero comenzar a estudiar pedagogía, pero tengo un miedo enorme de que al final no sea lo mio y siento que es una carrera que uno tiene que empezar a ejercer para recién ver si te sientes cómoda o no. Me gustaría dedicarme a un trabajo que esté relacionado con la difusión literaria, pero siento que en Chile es super limitado el mercado en ese sentido :c pero en fin, espero que algo salga más adelante. Me alegro de que ahora te sientas más cómoda con tus nuevos proyectos, yo también tuve una profesora que me dijo que nunca dejara de escribir, pero pasan lo años y siento que no mejoro nada jajaj
ResponderEliminarCariños! n.n
Ay, qué sorpresa encontrarme con tu comentario por acá <3 eres el primero de mi blog, así que amor infinito para ti. Sobre lo de la pedagogía te recomiendo que, si tienes dudas, no entres a estudiar esa carrera. Solo hazlo cuando de verdad oigas el llamado de la vocación y estés dispuesta a dejar tu tiempo para dedicarlo a la corrección de pruebas y de cabros chicos ajenos y mal criados XD. No todos son así, sueles encontrarte con algunos o con situaciones en las que dices: "por esto vale la pena levantarme", pero son pocas las veces que eso ocurre y son más decepciones. También toda experiencia varía, porque depende mucho de los colegios en los que hayas hecho clases y de tus propias expectativas de vida. Si quieres estar ligada al mundo del libro y por esas cosas hermosas (y también desdichadas xD -a veces me arrepiento de no haber estudiado algo más rentable XD-) de la vida, estudias literatura, te recomiendo seguir algún magister o diplomado en edición y publicaciones. Con eso hay más posibilidades de hacer contextos y meterse en el rubro ya que en sí es bastante cerrado =( Después de haber dejado de trabajar como profesora, caché que existían esos estudios de postgrado y ahora busco la forma de financiar el magister jajaja. Y lo de la escritura sigue siendo cosa de práctica. Yo sigo pensando que escribo como hablo jajajaja, y no sé si eso es bueno o malo.
EliminarUn abrazo
Qué divertido, Pame, a mi también me dijeron que no deje de escribir nunca. Henos aquí, obedientes chiquillas jajaja
ResponderEliminarMe gustó tu carta de presentación.
Seguiremos leyendo :)