Lesath: Memorias de un engaño. Tiffany Calligaris

Hace un par de semanas en un vitrineo virtual por un grupo de venta de libros usados en Facebook, me topé con la trilogía Lesath, de la argentina Tiffany Calligaris. ¿Qué me impulso a comprarla? Primero, llenar el vacío que dejó otra trilogía previa y las ganas de adentrarme en un mundo nuevo de fantasía, ya que he estado releyendo algunos de mis libros favoritos (como El Nombre del Viento, de Patrick Rothfuss), pero tenía esa necesidad de leer otra cosa, algo nuevo. Además, las ilustraciones de cada una de las portadas de los libros que componen la trilogía son muy bellas.
  
Reseña

Adhara acaba de cumplir 19 años y aunque los elfos consideran que esa edad es equivalente a ser un niño pequeño; ella ansía conocer el mundo. Principalmente, porque Adhara no es una elfa completa, sino el resultado de una madre humana y un padre elfo. Cuando los elfos se alejaron de las tierras habitadas por los humanos hace mucho tiempo, y mientras se dirigían a su exilio, sus padres se conocieron y se enamoraron perdidamente, siendo su madre la única humana aceptada en las actuales tierras de los elfos. Su mestizaje significó para Adhara no sentirse parte de la comunidad en la que vivía pues, aunque tenía habilidades físicas y mágicas superiores a las humanas (y una belleza sin igual), entre los elfos era considerada muy torpe. La joven mestiza anhela conocer el mundo en el que creció su madre con la esperanza de encajar allí y por sobre todo, conocer a sus abuelos maternos.
Su viaje hasta Naos, el pueblo donde viven sus abuelos, es tranquilo y expedito. Al llegar hasta la pequeña localidad sorprende a los ancianos con su presencia pues es la viva imagen de su madre. Una vez instalada en la casita, la muchacha comienza a recorrer el pueblo ocultando sus orejas, pues no quería que personas inapropiadas conocieran su verdadero origen y se ve envuelta en unas situaciones un poco incómodas debido a su belleza sobrenatural. En el pueblo conoce a un muchacho y su prometida, quien se pone terriblemente celosa. Huyendo de la incomodad que aquella situación le provoca, llega hasta un lago cercano y se encuentra con un muchacho llamado Aiden que portaba en su cintura una espada. La situación es extraña para Adhara por dos motivos: sus abuelos le habían asegurado que el Reino de Lesath era un lugar muy seguro y pacífico, y el inusual atractivo del muchacho porque hace que lo confunda con un elfo. Sí, así de ingenua. Y se lo comenta. Pero tras darse cuenta del ridículo que estaba haciendo, finge ser una pobre humana que se mareó para salir del paso. 

Adhara no está familiarizada con las emociones humanas, por lo que conocer a este joven implica una serie de cambios en su interior y el descubrimiento de su parte humana. Unos días después vuelven a encontrarse y Aiden se entera que es una elfa (bueno, mitad elfa). Su actitud cambia bruscamente y le pide que se vaya, que vuelva al bosque junto con los demás elfos. Tras la negativa, Aiden le revela que el Reino de Lesath no es tan pacífico como ella cree, pues está siendo gobernado por el Concilio de los Oscuros. Adhara desconfía de Aiden por todas las sensaciones que causa en ella y se niega a volver a la tierra de los elfos, pero en medio de la discusión se besan. 

La joven mestiza les cuenta a sus abuelos el encuentro con el joven (omitiendo obviamente lo del beso), pero ellos no saben nada de él, ni de los problemas que acechan a Lesath. Su estadía en el pueblo vuelve a la normalidad y luego de un par de días, Aiden aparece en medio de la noche en su propio dormitorio. Su propósito es obligarla a escapar, pues Lesath no es un lugar seguro para los elfos. Aiden le cuenta que el Concilio de los Oscuros es un grupo de warlocks que practican la magia oscura y si se llegan a enterar de la existencia de un elfo en sus tierras, significaría la ruina en muchos sentidos, pues les permitiría acceder a un poder increíble que se encontraba oculto en una zona a la que solo seres con sangre élfica podrían acceder. Adhara se da cuenta de la veracidad de las palabras del joven, por lo que huyen en medio de la noche dejando una breve nota a sus abuelos y asegurándoles su bienestar, mal que mal, Adhara es una elfa y un excelente espadachín. 

En su viaje tendrán que ocultarse de Seith, un ser oscuro y aprendiz de Nawa del Concilio de los Oscuros que los persigue e ir sorteando diferentes dificultades que irán surgiendo en el camino, que guiarán las vidas de ambos jóvenes por caminos distintos a sus planes originales. Es así como se unirá a ellos Zul, un joven y poderoso mago, que rogará el apoyo de Adhara para enfrentarse al Concilio de los Oscuros y hacer de Lesath, un reino de paz, pues mientras los warlocks existan, Adhara no podrá vivir tranquila en aquellas tierras. 

Opinión

En esta ocasión he decidido estructurar mi opinión en dos puntos: lo malo y lo bueno. Así que comenzaré con lo negativo porque así dejamos lo sabroso para el final, ¿no?

Lo malo:
Hay varios detalles que no me gustaron de esta historia. Lo primero es ese “instalove” entre Adhara y Aiden. Es irrisorio que la media elfa confunda al muchacho con un elfo si ella misma se ha criado entre ellos. ¿Cómo no iba a ser capaz de percatarse que solo se trataba de un humano guapo? Luego, está el beso: un beso robado, a pito de nada y solo tras unas pocas conversaciones. Nadie se enamora así. Para que las relaciones amorosas entre los personajes sean creíbles y entrañables debe haber un acercamiento paulatino. Está bien que se consideren guapos, por la vista entra todo primero, pero la relación entre ambos es tan rápida que se vuelve dudosa. Esto último me hace reflexionar sobre la personalidad de la protagonista. Adhara, para ser una mestiza criada entre elfos, debería desconfiar más de los humanos; pero, aunque se muestra recelosa, apenas duda en salir corriendo con Aiden en medio de la noche. No hay ningún hecho que compruebe lo que Aiden le ha dicho, en el pueblo no ha sucedido nada extraño que suponga un peligro para Adhara, nada que compruebe la veracidad de las palabras de Aiden. De hecho, mientras leía solo podía imaginarme que tras enamorarse perdidamente de este muchacho, la elfa sería traicionada por él en algún momento. No quería creer que todo era instalove y confianza absoluta desde el primer momento. Pero me decepcioné. En ese sentido, la construcción de ambos personajes es más bien pobre, les falta sustancia. Adhara demuestra su confusión, pues es ella la que narra la historia, sin embargo, sus dudas no se ven reflejadas en sus acciones, por lo que me parece muy impulsiva y a ratos vacía.

Mientras avanza el relato y se van uniendo nuevos personajes, surge otro problema. Todos se enamoran de Adhara. Ya, ok, es la protagonista y es mitad elfa, mitad humana; su belleza destaca por sobre las demás mujeres del reino, su atractivo es sobrenatural, pero una cosa es que la encuentren guapa y otra muy distinta es que todos se enamoren de ella. Lo anterior genera una dinámica de tensiones innecesarias. Se entiende que no todo puede ser color de rosas en una pareja (sobre todo una que se acaba de “enamorar”) pero es como mucho. 

Lo bueno:

Pese a lo comentado en el apartado anterior, la historia es dinámica y entretenida. Me leí la trilogía completa durante un fin de semana, pues es de lectura ligera. La autora sabe cómo mantenerte atrapada. Los conflictos que se van desatando a lo largo de la historia hacen que una no quiera sacar la vista de las páginas. Además, el relato está lleno de personajes muy interesantes, atractivos y entrañables. Uno de ellos y que se robó mi corazón fue Zulen Florian, o Zul, un joven y poderoso mago que tiene problemas de confianza en sí mismo, pero que es muy buena persona, pues está luchando siempre por un bien superior. Eso sí, también sufre del instalove, sin embargo, su conflicto amoroso tardará en desarrollarse y se extiende durante los otros dos libros. Si dejamos pasar eso, todo el resto del personaje es entrañable. De hecho, si yo hubiese tenido que hacer la selección de las parejas de esta trilogía, habría dejado a Adhara y Zul juntos, siento que son una buena pareja y un buen equipo pues ella tiene la sagacidad y la habilidad física, mientras que él posee la inteligencia y la habilidad con la magia, Aiden es pura fuerza bruta. 

Otro de los personajes cautivantes y llamativos es Akashik, uno de los integrantes del Concilio de los Oscuros. Es cautivante porque no dejas de preguntarte cuáles son sus motivaciones y cuáles son sus objetivos, aunque entra de lleno al conflicto hacia el final de la historia. Por su parte, los aprendices de Nawa son personajes curiosos, Sorcha una maga que utiliza hechizos de hielo y también Seith, un joven que parece carecer de todo sentimiento y cuyo poder es insospechado. Ambos son intrigantes y tendrán una presencia más fuerte hacia la segunda y tercera entrega de la trilogía, así que más adelante les contaré un poquito de ellos.

¡Ah! Algo que sí o sí debe destacarse son las bellas ilustraciones utilizadas para las portadas y contraportadas. Son muy delicadas y representan muy bien a todos los personajes. Es un trabajo muy bien hecho. 

Espero que se animen a leer esta trilogía y si ya lo hicieron, no olviden comentar para conocer su opinión, sobre todo en el tema del instalove de la protagonista, que eso de verdad me dejó algo cabreada. Me gusta el romance, pero no así tan rápido e instantáneo como el puré en caja.

Ficha Técnica
Título
Lesath. I. Memorias de un engaño
Título Original
Lesath. I. Memorias de un engaño
Autor
Tiffany Calligaris
Editorial
Planeta
Número de páginas
363 páginas
Primera Edición
2012
ISBN
978-950-49-2898-0
Precio aproximado
 $13.000 app.
Puntuación
🌟🌟🌟🌟


Comentarios

Entradas populares